Por: Carmen Zavala
El presente texto tiene como objetivo criticar el concepto de cultura entendido como una serie de tradiciones y/o lengua y/o etnia que un determinado grupo de humanos comparten al entender de otro grupo de humanos. Se mostrará como Platón en el diálogo El Político también critica esta clasificación entre personas de diferentes orígenes y las consecuencias políticas que esto ocasiona, ofreciendo finalmente una propuesta de solución al problema. El diálogo El Político es el último de la tetralogía (Teeteto, Eutifrón, Sofista, Político) que se enmarca en la historia inicial de la Batalla de Corinto y de tres helenos víctimas de la hostilidad de los atenienses contra los extranjeros: Terpsión y el pueblo de Megara, Euclides de Megara y Teeteto de Sunion. Platón le da voz al niño esclavo de Megara quien nos lee estos cuatro diálogos:
El tema de lo «extranjero» se anuncia ya al inicio del diálogo El Político. Allí el «joven» Sócrates comienza por agradecerle a su amigo Teodoro por haberle hecho conocer al muchacho matemático Teeteto y también al «extranjero». Esto debe entenderse como una ironía, porque Teodoro es de Libia (África) y por lo tanto también es extranjero. En otras palabras, los tres, Teodoro, Teeteto y el Extranjero de Elea son extranjeros entre sí. Esto es importante pues indica que lo político se abordará enfocándose en la relación de los ciudadanos de diferentes pueblos entre sí. Se refuerza esta interpretación con el hecho de que Teodoro al inicio del diálogo invoca explícitamente al dios Amón, que era el equivalente del dios Zeus, para los Tebanos¹ y era venerado en su ciudad natal de Cirene en África². Lo político se trata entonces entre tres amigos a los que los une el interés por la sabiduría y el conocimiento, pero cuyos pueblos de origen están enfrascados en una serie de guerras fratricidas sin fundamento. Como consecuencia de estos conflictos y dependiendo de la coyuntura por períodos los habitantes de Megara eran reconocidos como ciudadanos en Atenas y en otros periodos no.
Como también hoy en día, la ciudadanía o la pertenencia a una supuesta cultura se le atribuye a las personas en razón de quién se supone que sean sus padres. Pero esto, igual que ahora, no es algo evidente. En el diálogo se introduce este tema planteando el problema de definir el parentesco y de establecer la pertenencia y el rango entre los habitantes de las diferentes ciudades. Al inicio del diálogo Sócrates que afirma que tanto Teeteto como el joven Sócrates “guardan cierto parentesco” con él. Según Sócrates y los demás, Teeteto se parece a Sócrates por sus facciones (rasgos raciales, ñato y de ojos saltones). Por otra parte, el joven Sócrates se llama igual que él mismo y el parecido en los nombres le da cierta semejanza con él, afirma Sócrates. Hay dos factores entonces por los que se atribuye pertenencia: El aspecto físico y el nombre de las personas. El diálogo se realiza casi exclusivamente entre el joven Sócrates y el “Extranjero de Elea”.
El político como un pastor de rebaño humano (257a-268d):
Al inicio de este diálogo se propone definir al político como un pastor de rebaños. Al igual que en el Sofista 218c el extranjero remarca que no hay que fijarse demasiado en los nombres de las cosas, sino en las cosas mismas³.
Al tener que elegir entre los términos “crianza de rebaños” y “crianza colectiva” Sócrates responde que da lo mismo que hay que usar el término según aparezca en el curso de la conversación. Esta actitud pragmática es celebrada por el extranjero, que le dice:
“¡Bravo Sócrates! Si conservas siempre esa actitud de no preocuparte en exceso por los nombres, te mostrarás más rico en sabiduría cuando tu edad avance.”
La idea es que si dos cosas iguales o parecidas llevan diferentes nombres, esta diferenciación en el nombre lleva solo a la confusión, lleva a hacer una distinción sobre algo irrelevante. Las distinciones entre extranjeros y ciudadanos, atenienses y megarienses, esclavos y hombres libres, no son de esencia sino que se basan en la clasificación por el nombre que otros hombres han establecido. La insistencia de Platón de referirse a la poca importancia que debe darse a los nombres parece estar remitiéndose a lo que señalaba Popper: esto es, que el ya entonces muy popular Eurípides, en tanto representante del movimiento anti-esclavista en Atenas había difundido el lema: «Lo que deshonra al esclavo es solo su nombre, porque en todo lo demás puede ser excelente en todo sentido realmente igual que un hombre nacido libre.” ⁴ La posibilidad de que la referencia del extranjero a los nombres sea una referencia al lema antiesclavista de Eurípides se respalda en el hecho de que al final del diálogo el extranjero explícitamente afirma que el objetivo de la actividad política es combinar bien el tejido, reuniendo por la concordia y el amor en una vida común a todos los hombres de la ciudad, tanto esclavos como libres.
Pero hay otra referencia más directa a Eurípides al iniciarse la discusión:
Como si fuese la cosa más normal del mundo, el Extranjero propone llegar a la definición de la tarea del político como aquel que se dedica al rebaño de seres humanos. Pero para llegar a la clasificación de los seres humanos, siguiendo la lógica de las dicotomías del sofista divide a los animales del rebaño en mansos y salvajes, acuáticos y terrestres, pedestres y voladores y cornudos y sin cuernos.
Queremos enfocarnos aquí en la extraña división de animales con cuernos y animales sin cuernos, perteneciendo los humanos a los animales sin cuernos. Efectivamente esta referencia a animales con cuernos y sin cuernos parece ser una alusión al semidios Dioniso que en su forma de toro lleva cuernos. Lo interesante es que Dioniso se le aparece a su tío Penteo, rey de Tebas, tomando forma humana, en calidad de “extranjero”⁶.
Dioniso convence a Penteo, para que se vista de mujer para ir a observar a las mujeres en sus desmanes sexuales. Como hace hincapié Paul Lennig, en la obra “Las Bacantes” de Eurípides, Penteo al acompañar a Dioniso que se presenta a él en forma de “extranjero” no solo ve doble al sol y a Tebas sino también a su propio guía extranjero⁷ Dice así esta referencia de Las Bacantes:
“DIONISO
Tú que estás dispuesto a ver lo que no se debe
y que procuras lo que no debieras procurar, Penteo digo, sal delante de tu casa y muéstrateme vestido y adornado como una mujer bacante para espiar a tu madre desde un escondite. Eres propiamente una de las hijas de Cadmo.
PENTEO
Me parece que veo dos soles y dos Tebas, dos ciudades de siete puertas. Y parece que me guías en forma de toro y te han salido cuernos en la cabeza. ¿Has sido animal alguna vez? Porque eres completamente un toro.
DIONISO
El dios va con nosotros, que antes no estaba propicio, y es nuestro aliado. Ahora ves lo que debes ver.
PENTEO
¿Qué parezco ahora? ¿No estoy como Ino o como Agave mi madre?
DIONISO
Me parece que las estoy viendo cuando a ti te veo. Pero esta trenza se ha movido de su sitio, no está como yo te la dispuse bajo tu gorro.»

Dibujo de Agueda Noriega
Vemos que Penteo ve dos caras distintas de Dioniso, la de humano y la de toro. La imagen de toro de Dioniso lo relaciona con su padre Zeus que también tomó forma de toro. Ante la evidencia del parecido físico a un toro, Penteo le pregunta al extranjero si en algún momento fue toro. Es su carácter de Dionisio de “dios” o de “extranjero” la que estaba conduciendo a Penteo al error.
Lo que más llama la atención sin embargo, es que Penteo no parece asombrarse de que ve dos formas distintas del Extranjero y que a pesar de que está siguiendo al personaje sin cuernos, le habla al personaje con cuernos, como si fuese el verdadero extranjero⁸.
Este ejemplo nos muestra que la división de seres con cuernos y seres sin cuernos, puede estar basada en una confusión humana. En general no podemos saber si alguien es extranjero o no, ni por sangre, debido a que no podemos saber con certeza quién es el padre de un niño, ni por separarlos con algún criterio como extranjeros, ya que los criterios de ciudadanía iban cambiando según la coyuntura política por la que atraviesa cada ciudad. Este último problema es referido en el marco de esta discusión con la mención de los habitantes de Megara y la Guerra de Corinto y sus consecuencias para ser considerados ciudadanos, o extranjeros, o aliados o enemigos de Atenas y tener derecho o no a entrar la ciudad de Atenas, etc.

Dibujo de Agueda Noriega
Antes de esta división entre seres sin cuernos y seres con cuernos, el Extranjero había ya celebrado que el joven Sócrates no le diera mucha importancia a los detalles en las precisiones de los nombres para hacer distinciones (261 e). Habíamos visto que con ello evocaba a Eurípides en su calidad de anti-esclavista que afirmaba que la diferencia entre hombres libres y esclavos la constituía sólo su nombre. En general, la referencia a Dioniso, en relación al extranjero y al hombre con cuernos se relaciona con bastante oxbviedad con la entonces muy conocida obra “Las Bacantes” de Eurípides.
Este drama muestra a Dioniso como hijo de Zeus con una mortal, Sémele, princesa de Tebas. Sémele había quedado embarazada por Zeus, pero nadie le creía sino que más bien pensaban que fue embarazada por cualquier mortal y que inventó esa historia para justificar su lujuria. Enterada Hera de la infidelidad de Zeus con Sémele logra convencerla de que le pida a Zeus a revelársele con todo su esplendor. Zeus no quiere hacerlo pero finalmente cede y quema a Sémele. Pero el hijo de Zeus Dioniso, logra salvarse. Las hermanas de Sémele difunden el chisme de que Sémele ha muerto por castigo divino, por haber inventado que Zeus se había casado con ella. Dioniso regresa a Tebas para vengar a su madre, tomando para ello la forma de un extranjero. Esta referencia, está también relacionada con la ciudad de Tebas que fue central en la Guerra de Corinto, la cual forma parte del marco introductorio de los cuatro diálogos.
Cabe señalar que al final del Teeteto se había llevado a cabo el siguiente intercambio:
“SÓCRATES
Querido amigo, ¿estamos todavía en condiciones de dar a luz y de experimentar los dolores de parto, con relación al saber, o es que ya lo hemos parido del todo?
TEETET0
Sí, por Zeus, yo al menos, gracias a ti he dicho más de lo que albergaba en mi interior.”
Aquí se hace referencia a Zeus, el padre de Dioniso y a los dolores de parto que a su vez se remiten a la madre de Dioniso que murió estando en cinta. Dioniso representa la situación de todos los niños de paternidad discutida. Este tema es especialmente relevante en referencia a la ciudadanía, a la xenofobia y al racismo, temas ligados al pretexto que ha venido justificando las guerras y las injusticias sociales, en particular, en la Guerra de Corinto, como también en los hechos de injusticia cometidos por los treinta tiranos que se ensañaron con aquellos a quienes consideraron extranjeros.
Es posible que Sócrates también esté haciendo referencia aquí al hecho de que probablemente se haya discutido su propia paternidad, pues Sócrates en el Teeteto y en el Político explícitamente hace referencia a su nariz ñata y a sus ojos saltones, como rasgos que comparte con Teeteto y probablemente con el africano Teodoro de Libia, y que lo hacen ser considerados “feos” por los atenienses. Es posible que Platón haya querido remarcar que Teodoro, Teeteto y Sócrates comparten el hecho de que tienen padres con rasgos típicamente africanos, con lo que estaría en discusión la paternidad de Sócrates, y en general la de todos. Con ello el tema de la supuesta superioridad ateniense, de qué sería lo bárbaro, de la xenofobia y el racismo cobran un interés particular.
Tenemos que en estos diálogos, Platón al inicio presenta una situación dramática mostrando problemas terribles de la coyuntura política ateniense y luego extrapola el núcleo de los dilemas que forman parte de estos problemas. Esta extrapolación la constituye la argumentación socrática, esto es el método mayéutico, presentado en el Sofista. Al final viene un “cierre” o conclusión sobre el problema central planteado.Así al final del Teeteto, Platón afirma que el método mayéutico, en sí, está vacío de contenido.
A esta distinción le sigue una crítica del Extranjero a pretender dividir a los griegos, como si fuesen una unidad de todos y a los que no son griegos como si fuesen otra unidad (262 c-e), llamándolos a todos “bárbaros”⁹. Y es que los griegos no son uno unidad y tampoco los son todos aquellos que no corresponden al estereotipo o a la definición según una división arbitraria que pueda establecerse para definirlos. El Extranjero introduce luego una nueva analogía para graficar lo absurdo del racismo. Si una grulla inteligente diera nombre a los demás animales, los dividiría entre grullas y bestias, entendiéndose que los hombres estarían entre las bestias. (263 d).
El mito de la reversión del universo y la corrección de la definición inicial de político (El Político 268d- 277a)
Tras deliberar sobre la definición de la actividad que ejecuta el político, se pasa a la discusión sobre qué características debería tener este político, pues personas de todos los oficios podrán considerarse las más capaces de ejercer la tarea de ocuparse de la crianza de los humanos. Pero acá hay algo contradictorio: en un rebaño de animales mansos los seres humanos no estarían disputándose el poder. Quiere decir que no estamos en realidad ante animales mansos.
Al inicio cuando se trataba de definir al rebaño de seres humanos y se dividió a los seres entre «salvajes» y «mansos» (264 a-C) el Extranjero había advertido que se estaba apurando demasiado tal vez en hacer las divisiones, pero que cualquier problema “quizás te lo revele la discusión misma a medida que avance. Extrañamente acá el extranjero propone examinar el fondo de la cuestión a partir del mito de Atreo y Tiestes. Este mito referido en la obra de Eurípides Electra, cuenta sobre Atreo, y su hijo Menelao, padre de Helena de Troya y su otro hijo, Agamenón, padre de Electra, quiénes serían la causa de muchas guerras en la región. Atreo y Tiestes ya habían matado a su medio hermano en disputas por heredar el trono. Ahora que su padre Pélope había muerto se peleaban de nuevo entre ellos por el trono. Atreo decide sacrificar su mejor cordero (un animal con cuernos) a la diosa Artemisa para vencer a su hermano y buscando en su rebaño encuentra un cordero de oro. Para no tener que dárselo a la diosa como había prometido, se lo da a su esposa para que lo esconda. Su esposa que era la amante de su hermano Tiestes, le da el cordero a Tiestes y Tiestes convence a Atreo de aceptar que quien tenga el cordero de oro sea el rey. Atreo acepta pensando que su mujer tenía el cordero y Tiestes reclamó el trono.
Por consejo del dios Hermes, Atreo convence a Tiestes aceptar que le devuelva el trono si el sol se movía hacia atrás en el cielo. Con la ayuda de Zeus esto ocurre y Atreo recupera el trono. Tras esto, Atreo se entera de la traición de su esposa con Tiestes y empieza una cadena de venganzas crueles y desgracias en la familia. Hasta aquí el mito resumido. El joven Sócrates le pregunta al Extranjero si se refiere al mito sobre el carnero de oro, y el Extranjero le responde que no, se refiere más bien al mito “sobre el cambio de la puesta y de la salida del sol y de los demás astros, ya que en el punto del que ahora salen antes se ponían, y salían precisamente por el lado opuesto.” Esta pregunta del joven Sócrates le permite al Extranjero determinar tajantemente que de todas estas guerras y rencillas no había nada que aprender de sus supuestas causas.
El mito, por otra parte, cuenta que al ocurrir esta reversión del sol y los astros se entra a otro ciclo (269 e- 272 b). El ciclo en el que lo viejo rejuvenece y en el que no hay procreación. Es el ciclo de Cronos. En él no existe ningún tipo de gobierno, hay suficiente para abastecer las necesidades de la gente, no hay propiedad privada de mujeres ni niños, ni memoria. Pero aclara el Extranjero que ahora se estaba en el ciclo de Zeus. En otras palabras, en el ciclo de las riñas y los recuerdos de las injusticias y horrores que no se pueden olvidar. También en el ciclo de la procreación entre los sexos y las muertes. Esto se refiere a que en la actualidad hay una historia concreta de daños, injusticias y crueldades que se han hecho entre personas de unos pueblos a otros. Estos daños están en la memoria de la gente y no se pueden obviar. Son muchas veces las causas de las guerras. El político tendría que tomar en cuenta esto.
El extranjero hace una autocrítica y dice que:
“cuando nos preguntamos por el rey y el político del ciclo actual y del modo presentede generación, hablamos del que correspondía al ciclo opuesto, pastor de rebaño de otrora, y por eso mismo, de un dios en lugar de un mortal, y en tal sentido nos desviamos por completo de nuestra ruta. Por otra parte, lo presentamos como quien gobierna la ciudad entera, pero sin explicar de qué manera lo hace.” (274 e– 275a)
Acá pareciera que Platón está haciendo una distinción entre la propuesta política teórica para la sociedad perfecta e inmutable que plantea en los libros 2-10 de La República, y el mundo real (276 b-d). En los libros 2-10 de La República las personas se comportan siempre idénticamente y del mismo modo ”y ser siempre idéntico a sí mismo es algo que conviene sólo a los más divinos de los seres”, es un mundo en el “no existía guerra ni ningún tipo de discordia.”
La realidad de la República se enmarca en el ciclo de Cronos. Para el presente ciclo hay que introducir dos distinciones más: Distinguir entre “cuidado” y “crianza”, entre pastor divino y el hombre que brinda cuidados, y entre cuidados compulsivos y voluntarios. La diferencia entre un tirano y un político en nuestra sociedad está en si impone los cuidados o los “brinda con aceptación voluntaria” (276e).
Con ello Platón responde a las críticas que se le hacen con respecto a quiénes serían los gobernantes en la República ideal que él propone en la República. Se trataría de personas semidivinas que no se convertirían en tiranos. Pero eso no corresponde al ciclo actual. Un rey con poderes de imponer a la población lo que podría ser más apropiado para ellos, en la realidad actual, lo convertiría en un tirano.
Acá Platón estaría de acuerdo con Karl Popper, en el sentido de que una sociedad cerrada no resuelve los problemas de nuestra sociedad concreta. Vemos que si no tomamos en cuenta los personajes reales y los mencionados en los mitos no entenderíamos todas las referencias que se están haciendo en el diálogo y que eran de conocimiento popular en la sociedad de entonces. La política como el arte de tejer mezclando adecuadamente gente de diferentes ciudades y estratos sociales.
Establecido que la política debe remitirse a las sociedades habitadas por los seres humanos realmente existentes, con sus taras respectivas y resentimientos históricos, el extranjero evalúa cuál es el tipo de gobierno más óptimo y llega a la siguiente conclusión:
“De todos los regímenes políticos que son legales, la democracia es el peor, pero de todos los que no observan las leyes, por el contrario, el mejor. Y si todos carecen de disciplina, es preferible vivir en democracia.” (303 b)
En los tiempos del ciclo de Cronos, la gente era disciplinada y se observaban las leyes. Para ellos lo más apropiado era el rey filósofo. Sin embargo, para la sociedad real, en la que nadie cumple las leyes, el mejor régimen es la democracia¹⁰. El arte del político en este contexto tiene como fin:
“la combinación de una trama bien armada del carácter de los hombres valientes con el de los sensatos, cuando el arte real los haya reunido por la concordia y el amor en una vida común y haya confeccionado el más magnífico y excelso de todos los tejidos, y abrazando a todos los hombres de la ciudad, tanto esclavos como libres.” ( 311 c)
Para lograr esta trama es necesario relacionar por una parte a los hombres mesurados, tranquilos que siempre buscan mantener relaciones pacíficas con las ciudades extranjeras con aquellos que son valientes, siempre urgiendo a sus ciudades a entrar en alguna guerra. El Extranjero remarca que ambos extremos pueden llevar a la esclavitud de los habitantes de la ciudad, ya que los primeros pierden la aptitud para la guerra y los segundos exponen a su ciudad a enemigos poderosos de manera innecesaria. Y como era habitual, si entraban en guerra y perdían, lo más probable es que fueran reducidos a la condición de esclavos por sus enemigos.
Por ello, el Extranjero remarca la necesidad de romper con la costumbre de vincularse y casarse sólo con gente que comparte los valores que uno tiene. Más bien valores opuestos deben unirse como los cautos y justos con los valientes y osados. Y también personas de diferentes orígenes y estratos sociales manteniendo un balance favorable a los intereses del Estado.
Se ve, pues, cómo la referencia a los personajes del diálogo y el contexto dan pautas sobre cómo al final de cuentas lo más importante para Platón se refiere a cómo resolver situaciones políticas reales. Sus indagaciones mayéuticas sirven como instrumento para abstraer los elementos esenciales del problema planteado y echar luces sobre el dilema planteado. Pero, como se aclara al final del Teeteto, por sí solas, están vacías de contenido. El contenido lo da el propósito, en este caso la urgencia de resolver una determinada situación política problemática y también la acción política concreta que los habitantes de una ciudad llevan a cabo.
Resumiendo, lo que permite la distinción entre culturas, es el apellido (nombre) que la gente lleva y sus rasgos físicos. La distinción se basa en que el otro “se da cuenta” de que esta persona pertenece a tal o cual “cultura” o “grupo social” pero lo cierto es que es imposible – y en aquellas épocas más aún- poder determinar quién es el verdadero padre de cada persona. Esto permite la discriminación y la hostilidad entre poblaciones marginando o invadiendo unas para privilegiar otras. La solución a este problema no es no la venganza, ni voltear la tortilla, sino el matrimonio y en todo caso la descendencia común entre personas, de las que se dice que son de etnias o culturas distintas.
¹ Lo cuál es relevante en relación a la Guerra de Corinto que involucra a los Tebanos, quienes en alianza con Atenas y Corinto incitaron a atacar Esparta iniciando así la Guerra de Corinto.
² HERODOTO, Los nueve libros de la historia. II.42.4-5, Aquí Herodoto afirma que Osiris es el nombre egipcio de Dioniso. Cuenta también que Amón es representado con cabeza de carnero con cuernos.
³ Cfr. también con Li Carrillo, que contrapone nombre (ónoma) a objeto (prágma) y hecho (érgon) en LI CARRILLO, Las definiciones del Sofista, Episteme, 1960, p.109
⁴ POPPER, La Sociedad abierta y sus enemigos. Volumen 1 , p. 76
⁵ SHOREY, Paul, The Unity of Plato’s Thought, Politicus, p.310.
⁶ Penteo, rey de Tebas, es el hijo de la hermana de la madre de Dioniso, Ágave. La madre de Dioniso, Sémele, había tenido una ardiente relación con Zeus de la cuál resultó en cinta. Ella anunció esto a su familia, pero sus hermanas se Agave e Ino se burlaron de ella insinuando que había tenido un hijo producto de la lujuria con cualquiera. Con ella la madre de Dioniso cayó en desprestigio y la deshonra ante la gente. Cuando Hera se enteró de los amoríos de Zeus con Sémele urde un plan para deshacerse de Sémele. Disfrazada de anciana acude donde Sémele y la convence de que le pida a Zeus una prueba de amor y se le aparezca en todo su esplendor. Zeus no quiere hacerlo, pues sabe el peligro que esto implica, pero ante la insistencia de Sémele, accede y ella muere en el acto por el calor de su fuego. Dioniso sin embargo se salva y es protegido por Zeus, que amaba profundamente a su madre. En Tebas sin embargo no se quiere reconocer la divinidad de Dioniso. El rey de Tebas, Penteo, incluso prohíbe el culto a Dioniso. Por ello Dioniso baja a Tebas para enfrentar a Penteo y mostrarle todo su poder. Dioniso que es un semidios con cuernos se le presenta a Dioniso como un hombre del extranjero sin cuernos.
⁷ LENNIG, Robert, Traum und Sinnestäuschung bei Aischylos, Sophokles, Euripides Reseña de E. W. Whittle en The Journal of Hellenic Studies, Vol. 92, 1972. En este fragmento de “Sueño y engaño de los sentidos en Esquilo, Sófocles y Eurípides”, Berlin 1969, Robert Lennig remarca: “Penteo no sólo ve dobles al sol y a Tebas, sino también al líder (Dioniso)», pero no arroja ninguna luz sobre la peculiaridad de que las dos formas del Extranjero que Penteo cree ver no son idénticas, ni sobre la curiosidad adicional de que Penteo aparentemente se asocia con la figura sin cuernos, y sin embargo le habla al que tiene cuernos como si fuera el verdadero Extranjero“
⁸ LENNIG, R., ibid
⁹“Extranjero: Un error como el que acabamos de cometer en nuestra división seria semejante al que cometería una persona que , al tratar de dividir en dos al género humano, lo dividiese – tal como suele hacerlo por aquí la mayoría- tomando al conjunto de los griegos como si se tratara de una unidad y aislándolo de todos los demás géneros, que son innumerables y ni se mezclan ni se entienden entre sí: aplicándole a todos ellos un único nombre, el de “bárbaros”, creerían que, por el hecho de recibir una única denominación, todos ellos constituyen también un género único.” (Político 262 d)
¹⁰ Esta es la época del ciclo de Zeus, donde ni los dioses, ni los hombres siguen las leyes ni son disciplinados, sino que más bien son caóticos y por ello fácilmente ocasionan desgracias y destrucción.
BIBLIOGRAFÍA:
HERODOTO, Los nueve libros de la historia, Buenos Aires: El Ateneo, 1969
LENNIG, Robert, Traum und Sinnestäuschung bei Aischylos, Sophokles, Euripides Reseña de E. W. Whittle en The Journal of Hellenic Studies, Vol. 92, 1972.
LI CARRILLO, Víctor, Las definiciones del sofista, Lima: Cuadernos de Filosofía, Fondo Editorial, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1996.
PLATON, Diálogos, Madrid: Gredos, 1992-1998
POPPER, K. R, “The Spell of Plato”, en The Open Society and its Enemies. (La sociedad abierta y sus enemigos) Vol I, London: Routledge & Kegan Paul Ltd., 1993
SHOREY, Paul, The Unity of Plato’s Thought, New York: Garland Publishing, Inc. 1980 ( 19041)


Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.



